A la hora de llevar un estilo de vida saludable, tener una nutrición adecuada es fundamental. Lo que consumimos determina cómo funciona el cuerpo, así cómo nos vemos y nos sentimos. Una buena nutrición estimulará el sistema inmunológico y proporcionará la energía y la protección necesarias para combatir enfermedades, reducir la presión arterial y simplemente mejorar nuestro bienestar. Sin embargo, ¿cómo afecta la nutrición a nuestra piel? Como cualquier órgano, la piel también depende de una nutrición adecuada para poder funcionar de manera eficiente. Mantener una nutrición adecuada comienza por lo básico: una buena hidratación y un consumo equilibrado de alimentos saludables.
Mantente hidratado
El agua constituye casi las 3/4 partes del cuerpo humano y es necesaria para obtener una piel sana. Beber mucha agua ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, lo que, a su vez, puede ayudar a eliminar las impurezas de la piel. Una hidratación suficiente también oxigena la piel y reduce la sequedad que puede provocar líneas finas y arrugas.
Consumir alimentos con vitaminas y minerales
Las vitaminas son esenciales para mantener nuestra piel sana. Algunas, como la vitamina D, desempeñan un papel importante en la regeneración de células sanas de la piel. Otras, como las vitaminas E y C, contienen propiedades antioxidantes que ayudan a sanar y rejuvenecer la piel. La mayor parte de nuestra ingesta de vitaminas proviene de los alimentos que comemos, por lo que es importante mantener una dieta saludable para proporcionar al cuerpo todas las vitaminas necesarias que necesita.
Los minerales también desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la piel; El cuerpo humano depende de los minerales para mantenerse fuerte y realizar diversas funciones que ayudan a mantener nuestra piel sana. El cobre, por ejemplo, es responsable de ayudar al cuerpo a producir colágeno y elastina. Otros minerales como el zinc, el potasio, el magnesio y el calcio también son esenciales para mantener una piel sana, ya que ayudan a mantener equilibrados nuestros niveles de pH y estimulan el crecimiento de nuevas células. Las verduras crudas se encuentran entre los alimentos que más minerales aportan.
Equilibrar proteínas, carbohidratos y grasas
Las proteínas son los componentes básicos que ayudan a formar el tejido de la piel. El cuerpo descompone las proteínas que consumimos en aminoácidos. A su vez, este suministro de aminoácidos es lo que ayuda al cuerpo a producir una de las proteínas estructurales más importantes de la piel: la queratina. Las proteínas se encuentran normalmente en carnes, productos lácteos, semillas y legumbres.
Los carbohidratos son nutrientes esenciales que actúan como la principal fuente de combustible del cuerpo; necesita carbohidratos para funcionar correctamente y producir células sanas. Se derivan principalmente de plantas y están compuestos de carbono, hidrógeno y oxígeno. Cuando se consumen en las cantidades adecuadas, los carbohidratos ayudan al cuerpo a eliminar toxinas dañinas y a luchar contra los radicales libres. Algunos carbohidratos saludables incluyen fibra, azúcares de frutas y almidón que se encuentran en las patatas y las legumbres.
Las grasas, al igual que los carbohidratos y las proteínas, también son macronutrientes esenciales que el cuerpo necesita. Además de ser una importante fuente de energía, las grasas ayudan a mantener nuestra piel flexible e hidratada. Asimismo, las grasas regulan la producción de hormonas y ayudan al cuerpo a absorber las vitaminas de manera más eficiente. Las grasas saludables se encuentran en verduras, semillas, nueces y carnes.
En general, lo que consumimos tiene un gran impacto en el rendimiento y la apariencia de nuestra piel. Beber mucha agua y consumir regularmente una gran cantidad de alimentos saludables juega un papel importante en la regulación de funciones corporales importantes que ayudan a mantener la salud de nuestra piel. Mantener una dieta equilibrada de proteínas, carbohidratos y grasas rica en vitaminas y minerales proporcionará la nutrición necesaria para mantener la piel con un aspecto radiante, saludable y hermoso.