La rosa mosqueta se origina de las semillas del arbusto rosa rubijinosa, originaria de Europa y crece de forma natural en todo el continente Europeo. Aunque es una planta originaria de allí, también se puede encontrar en el Sur de los Andes, especialmente en Chile y Argentina.
Todos hemos oido hablar de las increíbles virtudes del aceite de rosa mosqueta, empleado en la elaboración de jabones gelles y cremas. Su efecto reparador y regenerador en la piel nos ayuda a mantenerla brillante y saludable.
Posee ácidos grasos como el ácido linoleico Y acido linolénico, (omega 3 y omega 6). Contiene vitaminas que aportan un poder antioxidante y antienvejecimiento, ayuda con la hidratación y a reducir las manchas.
Desde la antiguedad se conocen las propiedades y beneficios de esta increíble planta, la usaban para tratar diversas dolencias, nutrir la piel, para las estrías, el acné, las arrugas, piel cansada, etc.
Con buena razón le llaman a la rosa mosqueta la reina de las rosas.