La vitamina C y sus beneficios

La vitamina C actualmente es muy utilizada en lo que respecta al cuidado de la piel, por eso es fundamental entender cual es el verdadero papel de la vitamina C en este aspecto.

Todos los animales y las plantas fabrican su propia vitamina C, excepto los humanos, por este motivo, es de vital importancia tomar vitamina C a travez de los alimentos  o aplicarla sobre la piel en forma de cremas o serums.

La vitamina C que tomamos de forma oral no va a la piel, por lo que lo ideal es aplicar esta vitamina en forma de cremas sobre la superficie de la piel si queremos obtener sus beneficios.

El nivel de vitamina C que se deposita en la piel es mucho mayor si se aplica en forma de crema o serum que si se toma oralmente.

Entre los beneficios de esta vitamina podemos notar que tiene efectos importantes sobre la piel. En primer lugar, es un potente antioxidante. Al aplicarla sobre la piel se logran eliminar los radicales libres que la exposición al sol genera en nuestra piel.

Nuestro cuerpo necesita vitamina C, y por lo tanto, nuestra piel también y para producir colágeno, que es un ingrediente fundamental para que la piel no se deteriore y se arrugue es importante unos niveles adecuados de vitamina C en la piel para mantener unos índices de colágeno apropiados.

Otro beneficio de la vitamina C es su poder antiflamatorio. Hay muchos estudios que demuestran que la vitamina C en crema disminuye la inflamación causada por el sol, con lo cual se convierte en un posible efecto anticancerígeno.

Esta vitamina es también un potente despigmentante, ya que deja la piel mas clara y luminosa al ser aplicada sobre la piel. La forma activa de la vitamina C, es el acido L-ascórbico, llamada también vitamina C pura.

Si estás investigando posibles métodos para aumentar la asimilación  de la vitamina C a travez de la piel, una crema con este ingrediente sería ideal. Sin duda la vitamina C es un ingrediente clave para mantener una piel mas sana y es importante incluirla siempre en nuestro régimen de cuidado de la piel, incluso en edades tan tempranas como los 30 años.

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